Mike Patton mira al público directamente a los ojos y ni se le ocurre desafinar. No podría ni aunque quisiera. Queda demostrado después de una hora y media que el tipo no es de este planeta. Se pone en pose de cantante de los '70 y con voz de seda te canta una balada ( "Reunited") que le dá comienzo al recital, hasta que los platos suenan tres veces y todo ese romanticismo inicial recibe una piña en la boca. "From out of nowhere" fabrica el primer pogo de la noche y la banda suena ajustadísima. Se sabe que Mike Bordin no le pifia nunca, la guitarra de John Hudson y Roddy Bottum en los teclados son los encargados de crear el clima en cada canción, y Billy Gould en el bajo es como la amalgama potente y justa que se necesita en FNM. Después llega "Land of sunshine". Mike Patton se pone el micrófono dentro de la boca, se ríe como un sicópata al que le agarró un ataque de nervios y nadie entre el público puede quitarle los ojos de encima, ni los oídos. Patton tiene una presencia escénica hipnotizante, ya sea por su actitud o por la versatilidad de sus cuerdas vocales, el tipo hace lo que quiere. Así cae una catarata de canciones que todos conocen ( "Easy", "Ashes to ashes", etc.). Mención aparte merece la versión de "Midlife Crisis", quien estuvo ahí sabe de lo que hablo.
El final llegó con "We care a lot" y ninguno de los presentes quería admitir que hasta ahí habia llegado el recital. Una hora y media que dejó con la panza llena a todos. Que no pasen 10 años para que se repita. (Foto por Clst)